La caficultura no puede seguir igual: el cambio climático exige soluciones diversas

Saludos a toda la comunidad de Café Canaán. A pocas semanas de iniciada la cosecha, hacemos una breve evaluación que nos permite constatar el profundo impacto del cambio climático, no solo en el café, sino en el ecosistema en general. Es impresionante observar cómo muchos insectos que antes aparecían en estaciones específicas ahora están presentes casi todo el año. En el caso de los cafetos, las floraciones se presentan de forma dispareja y dispersa. Parece que tendremos que acostumbrarnos a estos nuevos patrones: estamos pagando el precio de no haber cumplido con las recomendaciones ambientales a nivel global.

Frente a esta realidad, ¿podemos seguir confiando en una sola variedad o sostener una visión homogénea de la caficultura? Creemos que no. Hoy más que nunca, la solución está en la biodiversidad y en sistemas mixtos que promuevan un ecosistema más diverso. Los monocultivos sin acompañamiento de especies forestales o cultivos ecosostenibles forman parte de un modelo que ya no es viable. El camino que debemos transitar exige flexibilidad, observación continua y la capacidad de cuestionar protocolos que, aunque antes fueron útiles, ya no son infalibles. La naturaleza, siempre sabia, nos recuerda que nada es absoluto ni eterno. No existe fórmula mágica ni recetas perfectas.

En este contexto climático, las empresas privadas —incluidos nosotros como Café Canaán— debemos asumir un rol activo y solidario. Nuestra capacidad de experimentar debe ponerse al servicio de la comunidad cafetera mediante la colaboración con centros de investigación formales. Compartir conocimiento con un fin altruista, pensando en el bien común, es hoy una responsabilidad ineludible.

Un ejemplo claro de este compromiso ha sido la difusión de información clave sobre brotes de roya del café a entidades estatales de investigación agrícola. Sin estos datos, sería imposible tomar decisiones acertadas para controlar la enfermedad. Gracias a estos reportes, se pueden implementar medidas que beneficien a miles de caficultores, muchos de los cuales no tienen acceso a asesoría técnica especializada.

Nos queda mucho trabajo por hacer. Y ese trabajo solo será efectivo si lo hacemos de la mano con otros empresarios del sector y con las instituciones del Estado. No hay espacio para “llaneros solitarios”. La única salida es colectiva.

En la unidad está la fuerza.

Como dice nuestro lema: Café Canaán, bendecidos para bendecir.

Acerca del autor

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

También te pueden gustar estas